Una ciudad se recuerda por sus monumentos, su gente y por sus sabores típicos. Una vez reservado un hotel en el centro de Sevilla donde poder disfrutar de sus lugares especiales es hora de buscar un sitio imprescindible donde degustar la gastronomía popular. Probar sus cervezas, sus vinos o sus platos más característicos. Para los amantes del pescado con su pescaíto frito, su bacalao, su cazón en adobo. Para los amantes de la carne, la cola de toro. Para los amantes del huevo, huevos a la flamenca. Para los más osados, los caracoles. Y los más famosos, el gazpacho y las huevas aliñas. Después un postre como los pestiños para no perderse.
Una ciudad es luz, historia, encanto, sus rincones y su gente. Los lugares donde haces cada fotografía. Sus muros que cuentan el paso de los siglos. Disfrutar en un hotel con encanto en Sevilla y degustar su cocina características harán que sea su visita un momento único para recordar de por vida.