Pararse tras horas viendo monumentos a tomar unos huevos rellenos gratinados es uno de los mejores placeres para disfrutar de la ciudad de Sevilla. Esta ciudad milenaria con historia en sus muros y en sus calles. Una de las ciudades más bonitas y visitadas de España. Con la catedral gótica más grande del mundo. ¿Sabías que en ella está la tumba de Cristóbal Colón? En su interior encontrarás belleza en cada rincón, culminada con su impresionante retablo mayor. Sube a la Giralda. Sus cerca de cien metros de altura y sus 35 rampas te dejarán sin aliento.
No podrás perderte la torre del Oro, uno de los mejores ejemplos de arquitectura islámica y con un museo Naval en su interior. Los Reales Alcázares es para disfrutarlo de forma lenta. Sus siglos de historia y sus jardines lo hacen único. La plaza de España se inauguró en la exposición universal del año 1929. Su forma de semi-círculo simboliza el abrazo de España a sus antiguos territorios americanos. Respirar en el pulmón de Sevilla dentro del Parque María Luisa. Las setas, arquitectura moderna, estructura de madera laminada en el corazón de la ciudad. Y para saborear no te puedes perder las patatas hasselback, el jamón, las tapas frías con su ensaladilla rusa como plato estrella. Cada rincón o bar te descubrirá los sabores autóctonos del lugar.